Los
fundamentos de la sociedad son piedras enormes que sostienen al país que vive y
se eleva sobre ellas. Las sociedades están basadas en andamiajes maestros, el
adefesio se cuela más tarde.
La tragedia de ONCE ha provocado una serie de comentarios, que, en
principio nos afectan a todos y nos obliga a aceptar una cuota de
responsabilidad, aunque la mayoría se considere ajenos totalmente, pero que
sobre todo nos obligan a reflexionar muy seriamente no solo sobre las razones
puntuales que provocaron este desastre, sino, y básicamente, sobre las causas
originarias que desde la sombra de los años, generaron el que hoy llamamos como
“accidente”.
En artículos anteriores hemos venido señalando que para los sectores
dominantes de la economía nacional y mundial el resultado de todas las medidas
tomadas por el gobierno nacional basadas en el mayor grado de intervención en
la economía que han limitado, en parte, las falsas decisiones que esos mismos
impulsan, como ser la validez de la teoría del Mercado, manejado a gusto y
placer por los monopolios y oligopolios y los reclamos de AJUSTE permanente, no
serán aceptadas JAMAS.
Desde la reforma de la Constitución Nacional las provincias argentinas han
recuperado todos sus derechos sobre los recursos naturales, con las
limitaciones impuestas por el Código de la Minería impuesto por el gobierno
menemista que incluye cláusulas excesivamente favorables en favor de las
empresas, muy limitadas en su número por las características muy especiales de
la explotación de los minerales a las cuales se dedican y por lo cual es
bastante compleja la posible anulación de los beneficios acordados, ya que si
fuera así, daría lugar a un serio conflicto entre el país y la justicia
internacional que difícilmente nos otorgaran la razón, es decir, casi imposible
de obtener una solución favorable para el país.
El gobierno nacional viene cumpliendo desde hace casi 10 años, sin
retrocesos, con un plan económico que ha ido logrando en forma paulatina y
constante con la satisfacción de sus objetivos declarados, la generación de un
poderoso mercado interno, la generación de valor en los productos primarios,
con lo cual ha logrado mejorar la distribución de la riqueza conformando un país
más igualitario.
Ocurrido el resultado de las recientes elecciones se generó una particular
expectativa referida las posibles actitudes y comportamientos que irían a adoptar los políticos integrantes del
Grupo A, y particularmente los medios de comunicación que los protegen y apoyan
como las herramientas más poderosas que posee la derecha para continuar en esta
permanente disputa por la recuperación del poder lesionado parcialmente.
En estos días tomó estado nacional la novedad de la
cancelación del servicio que la empresa MSC tenía vía Navegantes. Es curioso el
análisis que se hace sobre esta novedad desde Buenos Aires. Tomar al Puerto aisladamente
y compararlo con Buenos Aires es comparar al (supermercado) Coto con el almacenero
de mi barrio.
El gobierno, tiene el compromiso luego de todo lo realizado en estos
últimos años, de seguir avanzando en sus políticas de mayor igualdad y
justicia, es decir, de ir mejorando progresivamente en las medidas que aseguren
un crecimiento permanente de lo que se denomina, generalmente, como
distribución de la riqueza nacional con búsqueda de mayor igualdad.
Los comentarios que a continuación efectuamos serían solamente risibles si no
tuvieran origen en un diario argentino, La Nación, que así nos ha hecho saber
mediante una “alarmante noticia” publicada en su edición de días pasados. Deja
constancia así, de que la imposibilidad de los isleños es el resultado de la
negativa de los países americanos, que apoyando a la Argentina, han decidido,
en conjunto, que los barcos con bandera de las Islas no se abastezcan en sus
respectivos puertos.
La derecha y los derechosos ante cualquier acontecimiento social, que
infrinja una ley, solicitan aumento de penas, al margen de la magnitud, edad o
sexo, de los infractores. Pero omiten hacer referencias a su propia conducta.
Lo primero a destacar es un hecho muy singular, colateral al tema del
aniversario. Nos referimos a la forma despectiva para con nuestra enseña patria
con que se han referido los personajes
de siempre que pese a la paliza recibida el 23 de octubre pasado no se rinden.