Por Dr. Rubén Visconti*
Cuando uno se decide a efectuar predicciones sobre
el futuro corre el riesgo de meter la pata. Así les ha sucedido a través de la
historia a muchos pronosticadores que le han errado total y absolutamente a sus
pronósticos y algunos de esos tremendos
y transcendentales errores nos siguen produciendo risas por su extrema magnitud.
Por ejemplos cuando nos anunciaban o mejor dicho les anunciaban a sus
contemporáneos que el mundo se acabaría cuando se alcanzara el año 1000, número
que se ajustaba previamente a sus propias creencias ya que para otros, podías
ser el 1.000.000 o el 5.000 u otro cualquiera.